Otra genialidad de Roger Federer

Roger Federer se ha proclamado campeón de Wimbledon por 7ª vez en su carrera igualando a Pete Sampras en entorchados londinenses. Además recupera el número 1 de la ATP desbancando a Novak Djokovic. El tenista helvético al que muchos daban por muerto, siegue siendo un jugador exquisito, delicioso en cada golpeo, un estilista de la raqueta al que aún le quedan triunfos por conseguir a pesar de haber superado la treintena. Ni cabe decir, que el suizo es considerado el mejor jugador de la historia y para mí también lo es.

Tras un impecable torneo se plantó en la final contra un Andy Murray con la esperanza de volver a escribir con letras británicas el nombre del ganador de Wimbledon, ni los más viejos del lugar recuerdan al anterior.
El partido comenzó con un Federer un tanto dubitativo tanto en el saque como en el peloteo, algo que aprovechó Murray para endosarle el primer set y abrir un halo de esperanza en la afición local. El segundo set fue para Roger tras desperdiciar Murray dos bolas de break con 4-4. Tras el 1-1 parón de 40 minutos por la lluvia y en la vuelta a la cancha se llegaría al juego clave del encuentro. Con 3-2 para Federer y Murray al servicio, el británico no fue capaz de igualar la contienda tras situarse 40-0 en el luminoso. Roger forzó el deuce y a partir de ahí fue un juego eterno con Andy defendiendo una y otra bola de break hasta que en la sexta el helvético puso el 4-2 rompiendo definitivamente un partido que cerraría con un global de 4-6, 7-5, 6-3 y 6-4. Recital del suizo y séptimo Wimbledon para sus vitrinas.